Monday, June 20, 2011

Día 10

Lunes 25 de Julio de 2010

La mañana ha sido un tanto surrealista. La señora de nuestra casa dormía en un colchón sobre el suelo de la cocina para dejarnos las habitaciones a nosotras.. Cuando he salido de mi cuarto para ir al baño, me he topado con 4 niñas en el pasillo. Seguido ha salido ella. Me ha explicado que eran sus nietas. Su hijo mayor dormía en la sala. En total estábamos 10 personas en una casa que no llegaba a los 100 metros cuadrados.
Se ha ofrecido a hacernos café. En buena hora le hemos dicho que sí... Estaba imbebible.

El bus a Plitvice ha empezado por llegar media hora tarde a la estación, y ha tardado un par de horas en llevarnos hasta los lagos. Todas íbamos en pantalones cortos y chanclas y al bajar del autobús ha empezado a lloviznar... Nos hemos tenido que cambiar de ropa.

Una vez decentemente vestidas, hemos bajado a puesto de información a comprar las entradas del parque. Dato importante: nos han hecho descuento de estudiante.
Después de dar la murga durante todo el viaje, es el único sitio donde nos han hecho caso.

Un chico muy simpático llamado Mile, nos ha explicado el recorrido que teníamos que seguir. Nosotras teníamos pensado coger un bus nocturno a Pula desde allí. Pero Mile nos ha dicho que dicho bus no existía. Se nos ha quedado cara de tontas. La siguiente pregunta ha sido dónde podíamos dormir pagando poco, y nos ha contestado que eso era casi imposible en esa zona. Nos ha visto tan desesperadas que nos ha ofrecido su propia casa. Lorea ha apuntado su número de teléfono para llamarle despues de terminar de ver los lagos.













Plitvice se trata de una reserva natural patrimonio de la Unesco formada por decenas de lagos y cascadas. El recorrido ha sido de unas 5  o 6 horas a pie y 10 minutos en barco.













































Es la reserva natural más increible que he visto nunca. El caminito, de madera, pasa cruzando los lagos y las cascadas. Parece de película. El agua es cristalina, y de color turquesa. Se ven los fondos como si fuera cristal, y los peces se acumulan en las orillas. Dan ganas de bañarse.




































Las fotos lo dicen todo.
Al volver a recoger nuestras mochilas nos hemos cruzado con Mile, que al final le hemos puesto el mote de "Guardabosques". Nos ha dado mucho apuro decirle que aceptábamos su oferta de quedarnos a dormir en su piso, pero era eso, o dormir en el medio del bosque. Y hacía frio (por primera vez en todo el viaje), y el parque está repleto de osos.
El pueblo estaba a 20 minutos. Hemos tenido que ir a oscuras atravesando un bosque.

Ya en casa del guardabosques, le hemos ofrecido el embutido que llevamos en una maleta desde que salimos de casa. Era lo único que podíamos darles, (a él y a su compi de piso). Han probado el jamon ibérico y nos han dicho que el de Croacia esta años luz mejor. Y he pensado: pues si el jamón no les gusta que no prueben el chorizo...
Tras un rato de charleta nos hemos ido acomodando en la habitación. Dos colchones para 7 personas.
Podríamos haber dormido peor, no nos quejamos.


 

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