Friday, June 17, 2011

Día 8

Sábado 24 de Julio del 2010

Hemos tenido mas suerte con el tren a Pula. Los asientos eran desplegables, y hemos conseguido dormir unas poquitas horas. Nos habían dicho que el tren llegaba a Pula directamente... pero nos han vuelto a timar. Hemos tenido que bajarnos en un pueblo llamado Rijeka, allí un bus nos ha recogido y nos han llevado hasta otro pueblo perdido de la mano de Dios (Lupoglav, el nombre lo dice todo) a una estación desierta... No sabíamos a que hora pasaba nuestro tren, no había horarios... nada. Una hora tiradas en el suelo de la estación hasta que ha aparecido un minitren.









La primera impresión de Pula ha sido muy buena. Esta ciudad se encuentra en la región de Istria, en la costa. Se trata de una zona pesquera que perteneció a Italia hasta 1445. Es por eso que muchos de sus habitantes hablan italiano como lengua principal.


Nos ha costado bastante encontrar nuestro nuevo alojamiento (sobe, en cróata), y otro rato más hacerle entender a Rosana, la dueña de la casa, que habíamos reservado una habitación en su casa. La señora ni lo sabía.
Mientras hablaba por telefono en italiacróata con otra señora, nos ha pedido que nos sentemos en la mesa del jardín y nos ha ofrecido un zumo que no había Dios que lo probara. Eran de estos típicos de agua con polvos salvorizantes... Irene ha tirado el contenido a las plantas. Seguro que mañana amanecen muertas. Yo me lo he bebido porque Rosana me daba un poco de pena.

Al fín hemos subido las bolsas a la habitación y hemos ido bajando una a una a ducharnos. El baño nos ha tenido en vilo durante toda la estancia. Agua caliente? Dónde? La ducha se atascaba, hemos inundado todo el baño, había saltamontes entre el papel higiénico... Vamos, un poema de baño.

En Pula hay un anfiteatro, uno de los 5 mejor conservados en el mundo, si no recuerdo mal. Ha sido lo primero que hemos visitado nada más salir de la casa de Rosana.

































Por el pueblo  nos hemos ido topando con numerosas edificaciones romanas que aún se conservan, como el Arco de Sergio, unas murallas y unas fortificaciones, mosaicos e iglesias.















Por la tarde hemos cogido un bus hasta STOJA, una de las playas de Pula. En cuanto he llegado me he puesto el bikini y al agua. Las demás son unsas sosas, no se han bañado. El agua estaba estupenda. Las playas de Croacia son todas de piedrecitas y el agua es cristalina. Los barquitos llegan hasta las orillas y en el horizonte en vez de cielo, hay montes que se alzan sobre las islas.












Después del chapuzón nos hemos comido un heladito y enseguida para casa, que mañana tenemos que estar en pie a las 5 de la mañana para coger el ferry a  Zadar.

La noche ha sido de lo mas movidita. Resulta que tuve la brillante idea de cerrar la puerta de nuestro piso con llave, para evitar robos jajaja... Y dio la casualidad de que en nuestro piso dormían unos extranjeros. Yo la verdad es que no me acuerdo porque he dormido como un lirón. Pero al despertarme y salir al balcón, me he encontrado el suelo repleto de pedazos de juguetes y todo tipo de objetos rotos... Lorea después nos ha explicado que los que dormían en la habitación de al lado han estado una hora dando golpes y tirándonos cosas a la ventana para que les abriéramos. Ninguna nos habíamos enterado excepto ella...

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