Hemos decidido quedarnos una noche más en Mostar, ya que nos ha parecido un pueblo bastante interesante. Así que sin prisa pero sin pausa nos hemos recorrido el casco antiguo de arriba a abajo. Así se nos ha pasado la mañana.
En estos puestecillos nos hemos topado con un matrimonio cordobés que han estado un buen rato contándonos que durante la guerra habían adoptado a una niña cróata, y ahora, 10 años más tarde, venían a visitarla a su boda.
Al mediodía nos hemos comido unos bocatas de jamón cerca de un riachuelillo. Ha sido gracioso porque a Lorea se le ha caido mi navaja desde el muro y ella ha ido detrás. Se ha puesto hecha unos zorros, pero ha merecido la pena :D Navaja salvada.
Momentos antes del incidente
Nos ha dado tiempo por la tarde a entrar en una mezquita. Nos han vuelto a timar, 1€ la entrada y no tenía nada especial... Pero desde lo alto del minarete hemos obtenido unas muy buenas vistas de la ciudad.
Una vez recorrido el casco antiguo hemos paseado por los alrededores. Hasta nos hemos echado una siesta en medio de la acera. Como gitanillas. Y hablando de gitanos, mirar éste cómo me ha posado:
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